Con 34 años, un montón de ciudades viajadas y vividas, la ilusión por escribir intacta desde hace veinte años, y la envidia de ver a otros expresarse sin miedo ni vergüenza creo este blog del Tapabaches.
No tengo ni idea de qué quiero escribir, de qué quiero expresar, ni de cómo ni cuando voy a hacerlo. Esto es un experimento sin pretensiones, una forma de aporrear el teclado sin otra intención que ver qué pasa.
Lo que quiero es ser valiente por una vez en la vida, y empezar a expresar de manera pública lo que llevo escribiendo años en mi casa sabiendo que más pronto que tarde acabará junto a la propaganda del centro comercial de turno en el contenedor más cercano.
Escribiré cosas serias, tonterías infumables o desahogos sin razonamiento alguno. Al fin y al cabo todo el que me conoce sabe que es así como soy, unos días risueño, otros días trascendente y todos ellos inaguantable. Si gusto o no gusto me da igual, al fin y al cabo probablemente esto no lo lea casi nadie.
¿Tapabaches? Es como se conoce a los que como yo, nos dedicamos a la Ingeniería Civil pero no tuvimos las pelotas, la capacidad, el tiempo o la pasta suficiente para ser Ingenieros de Caminos y nos quedamos en Técnicos de Obras Públicas.
Pero viene bien para explicar lo que quiero hacer aquí: el bache surge donde quiere por los motivos que quiere. No hay ciencia que explique dónde va a salir, o cómo va a crecer, ni si al final provocará un accidente o será solamente una molestia puntual. Es como los sentimientos de las personas, en este caso los míos.
Este blog servirá para reparar (tapar) mis idas de olla, mis sensaciones y mis enajenaciones. Sin más.
A los pocos que os acerquéis por aquí sólo desearos que lo que escriba os cause lo que sea menos sueño y daros las gracias por entrar a leer aunque sea línea y media.
