viernes, 27 de septiembre de 2013

LA SEXTA: VOLVER A REZAR



LA SEXTA: VOLVER A REZAR.
No sé por dónde empezar esta semana. Probablemente lo divida en dos raciones para no extenderme demasiado teniendo en cuenta que se ha colado por motivos de fuerza mayor un peaje en medio de esto.

Empezaré por donde suelo acabar. Acordándome de vosotros. El miércoles (o el jueves, aquí los días se parecen demasiado los unos a los otros) a mitad de desayuno no pude por menos que daros la razón a muchos. A todos aquellos que me dijisteis que tuviese cuidado con lo que podía hacer porque me iban a considerar la “fruta exótica” (si lo pongo entrecomillado es porque son palabras textuales de alguna mente enferma), no puedo hacer otra cosa que daros la razón. No dejo de echar polvos desde que estoy aquí. La leche, en polvo; el café, en polvo; la vitamina C, en polvo; las carreteras, orgías de polvo…… Gracias por avisarme chicos!!! Fue culpa mía entenderos mal y emocionarme.

Lo siguiente es comunicaros que la lluvia del domingo pasado efectivamente fueron cuatro gotas. Esta semana ha llovido un par de días. No había visto caer tanta agua en menos tiempo en la vida. La tormenta fue bastante hipnótica, los rayos caían relativamente cerca de donde estábamos (dudo que haya muchos pararrayos por aquí) y el agua hacía un ruido de mil demonios en los tejados de chapa de las casas; esa mezcla de ruido, luz y agua te dejaba un poco en trance (O eso o me dio sueño, que todo puede ser). Lo peor fue lo de después. Obviamente, el sistema de alcantarillado (por llamarlo de alguna manera) de la ciudad no funciona demasiado bien, de tal manera que la red de saneamiento es simplemente un sistema de  acequias más o menos amplias a los lados de las calles que irremediablemente se desbordan antes de llegar al río Congo (no sé si lo he dicho ya, pero pedazo de río). En este momento conducir se hace complicado por dos motivos: a nivel “personal” los baches desaparecen debajo del manto de agua, por lo que tu culo pasa a ser parte activa de la amortiguación del coche. A nivel solidario no puedes ir a más de 5 km/h para no dejar a la gente como una bayeta (Ay!!! Leo Harlem!! Como echo de menos tus videos piratas del youtube) porque no tienen demasiada ropa para cambiarse y su respuesta puede ser, perfectamente, una pedrada al coche como mal menor. Cuando deja de llover la gente sale con barreños y calderos y recoge agua de las acequias y alcantarillas y se la lleva a su casa. No sé por qué lo hacen, y la verdad es que no me atreví a preguntarlo porque la respuesta, sea cual sea, fijo que no es muy alentadora.

Esta semana no ha habido paseo mañanero de sábado a las 6 de la mañana. El motivo es que, después de casi 1 mes en África por fin he podido deshacer la maleta. El miércoles, por fin, me instalé en el apartamento en el que viviré los próximos 10 meses (viajes a España, Kenia y todo lo que pueda viajar por aquí incluido) y el sábado por la mañana lo he dedicado a ordenar mis cosas. Ha sido divertido, sobre todo colocar los 2 jerseys que me traje y el cortavientos en la parte más profunda del armario. Pero más gracioso ha sido colocar el par de zapatos finos que me traje (los de las bodas, para entendernos) y los calcetines ejecutivos “de por si acaso”. Dios!!! Soy un pardillo. No me he quitado las botas desde que estoy aquí, y no me las voy a quitar en 10 meses. No sé si “moriré con las botas puestas” pero si no lo hago, fijo que me las había quitado hacía un ratillo.

El apartamento en el que voy a vivir tiene casi de todo lo que tienen los apartamentos de estudiantes en España: una habitación, un salón muy grande con muebles de IKEA (de IKEA, lo juro) una cocina (en la que no pienso entrar más que con escopeta) y un baño. Tengo dos equipos de aire acondicionado (aunque solo funciona el del salón). Vamos, lo que se dice un apartamento estilo europeo. Le pones electricidad 24 horas y agua corriente y quitas la mosquitera de la cama y tal cual vivía en Zaragoza. He conseguido además que me laven y planchen la ropa por 30 $ al mes, y el resultado es más que aceptable. Puede que la ropa huela un poco raro (por otro lado es olor a África, así que de raro no tiene nada) pero está limpia y no he llevado las camisas mejor planchadas desde que me las planchaba mi madre (allá por el mes de Julio de 2013, no os vayáis a pensar). Ah!!! Otra gañanada!! El jueves por la noche pensé que se me había jodido el aire acondicionado. Estaba de un humor que os podéis imaginar; un día aquí y esto se rompe, con el calor que hace, maldita sea mi suerte etc etc. Pensaba traerme al encargado de los técnicos de Aire Acondicionado que trabajan en el mantenimiento de Mbandaka, hasta que esta noche he descubierto el cuadro eléctrico de la casa, he subido un fusible y…….. Milagro!!!! El aire vuelve a funcionar!!! Por cierto, el cuadro está en la cocina, por eso no lo había visto antes.

El domingo estuve comiendo en el restaurante que está a la orilla del río. Como no tenía demasiado hambre me pedí una ración de pollo asado con patatuelas fritas. La primera impresión fue que no había pedido pollo normal. El sabor, tan fuerte, me recordaba mucho al Pitu Calella que tomé en el Molín de Mingo entre Ribadesella y Arriondas (cuando vayáis de viaje a Asturias comed allí si podéis) pero en seguida me di cuenta de lo equivocado que estaba: el pitu Callella del Molín no tenía sabor en comparación con este. Y es que, claro, aquí toda la comida es de “Calella”, de corral en castellano. Pero con la diferencia de que los corrales de aquí son como el Harlem o el Bronx de los corrales. Ahora me extraña un poco menos que los africanos, cuando vienen a España, se dediquen a echarle tabasco a los chuletones. Definitivamente la carne no debe saber a nada para ellos. El caso es que a la segunda pinchada el sabor me pareció excesivamente fuerte y decidí mezclarlo con una salsa que me habían servido aparte. Error!!! La salsa era curry y, aunque ya estoy moreno, los colores de mi cara debieron asustar a toda la clientela. Me bebí la Primus Radler (una especia de shandy pero de ¾ de litro) de trago. Sólo me faltó golpear la mesa y gritar mierda al mismo tiempo.

Por lo demás poco más. He empezado ya a dar mis clases de belga (he decidido que jamás aprenderé francés, yo estoy aprendiendo belga diga el libro que me han dado lo que diga) y no me parece un idioma demasiado difícil. Ahora, las clases de una hora al día se reducen a 40 minutos como máximo y porque yo le pido más al profesor. Si no fuese por eso las clases serían de media hora y asunto. Pero bueno, esa es la forma que tiene la gente de trabajar por aquí, como os contaré en la siguiente entrada.

Espero poder escribir otra vez a mitad de semana y contaros como es el ritmo de trabajo aquí en Mbandaka con los carpinteros, fontaneros, electricistas etc…. Os voy a dar una pista. Yo, como ellos, me lo voy a tomar con calma. Quizá el martes, quizá el miércoles, puede que el jueves (si no se me olvida el ordenador) o el viernes (si me apetece). Como adelanto os diré, que, por primera vez en años, he vuelto a hacer dos cosas….. La una es bracear (mover los brazos de un lado para otro como si estuviera dirigiendo el tráfico) y la otra…. La otra tiene que ver con el título. Os dejó que lo penséis.
CIAO!!!!!

lunes, 23 de septiembre de 2013

EL PEAJE: AQUI PAGAMOS TODOS



Parece mentira que una carretera como esta (tanta curva y tan mal servicio) sea una carretera de peaje, ¿verdad? Pues aunque no lo parezca hoy hemos llegado a uno de esos sitios grandes, pulcros, funcionales, en medio de las carreteras donde todos tenemos que agradecer (en forma de pago en euros) la calidad del servicio prestado delante de una persona que casi nunca conocemos.
Así que hoy el administrador de esta carretera ha decidido poner un peaje justo aquí, porque le apetece y porque cree que es justo. PERO ESTE PEAJE, LO TENEMOS QUE PAGAR ENTRE TODOS
El sábado hubo dos personas que me tuvieron algo preocupado. Tal es así que las llame dos veces por teléfono y luego no me atreví a volverlas a llamar. Dos personas que el domingo, ya con calma y con sistemas de comunicación del siglo XXI me tranquilizaron y dijeron que están bien, pero que casi. Y hoy, que respiro tranquilo he decidido que es justo agradecerles en público lo que muchas veces he hecho en privado o en pequeños grupos. ¿Qué por qué? Porque es una buena oportunidad. Porque que mejor día que uno en el que ellos están de bajón para sacarles los colores y hacerles olvidar el mal trago pasado. Y como todo no va aser reir, y como hoy dudo que anden con ganas de reir, que mejor manera que dejarles algo con lo que recordar estos días con algo más que la angustia y el susto.
La idea es fácil: yo dejo esto aquí colgado, a modo personal, y luego todos, bien en los comentarios, bien mandándomelo a mí a mi correo personal, lo completamos como queramos. El tema es sencillo: ¿Qué por qué nos preocupamos? Pues mirad nos preocupamos por…...
Así que, Jimena  y Chine, preparaos porque vamos, entre todos, a sacaros los colores, y sofocaros un poquito para que sepáis por qué nos preocupamos.

¿¿¿¿¿Por que nos preocupamos Leire y Víctor?????

Porque nos entró angustia al pensar su angustia. Porque, a personas a las que les das uno y te dan diez, no se merecen pasarlo mal, Porque nos hicieron disfrutar las mejores semanas de nuestras vidas. Chine y Jimena, Jimena y Chine... porque si.

 ¿¿¿¿¿Y  Olga.... Por que se preocupa Olga?????
 Y yo pago religiosamente....jime y chine ....GRACIAS por Madrid por Burgos y por Nairobi por estar siempre "al lado" y porque a ti jime te conozco desde los 3 años.Porque siempre se te ha girado la cabeza antes q a mi y me entiendes al 100 % .Os quiero africanitos mios.Muaaaaa

Seguro que Pablo tambien se preocupo… Pero ¿¿¿¿¿Por que?????
Pues porque sí, porque sois mis amigos y porque ¡¡OS QUIERO!!
Porque el sufrimiento, la angustia y el dolor que estais pasando lo hago extensible a mi y me afecta.
Porque tengo una enorme deuda con vosotros de todo el cariño y afecto que me habéis mostrado y es de recibo que hoy sea yo quien desde la distancia quiera enviaros todo mi apoyo, afecto y cariño.
Porque aunque suene egoista, después de ver todo el sufrimiento causado, me alegro muchísimo de que estéis bien.
Por tantas cosas que no soy capaz de expresar con palabras (carezco de un don tan bonito y preciado como es el de la palabra... otro se lo habrá llevado), quiero enviaros un fortísimo abrazo y muchos besos para ambos.
Y aunque suene repetitivo y ya lo haya dicho, porque os quiero mucho, Jimena y Chiné ("Tantop monta, monta tanto...")

Mis hermanas Sandra y Maria Jose Cortizo, dejadme que presuma, tambien se preocupan... Pero... Por que???????

Sandra: Desde aqui la familia Cortizo Garcia quiere agradeceros que seais los angeles de la guarda de Diego, gracias y mil veces gracias, dormimos un poco más tranquilos gracias a vosotros porque sabemos que os tiene cerca de muchas maneras.Espero y deseo que esteis bien, un besote muy gordo, si alguna vez necesitais a una enfermera aqui me teneis para lo que necesiteis.
Maria Jose: Muchas gracias por ser AMIGOS de mi hermano que ya sabemos que es facil serlo del Diego divertido pero tambien hay que serlo del Diego que necesita ser escuchado y (cuando se deja) ser aconsejado. Un beso muy muy fuerte, me alegro un montón.
(NOTA DEL ADMISNISTRADOR: cuidaros muy mucho de meterse conmigo.A mi hermana a reganadientes pero al resto lo censuro sin tembrlarme el pulso!!!!! Habrase visto abusones!!!!!) 

¿¿¿¿QUE POR QUE SE PREOCUPA EL CORTIZO?????
Pues mirad, lo primero, porque os la debo, porque aunque tuve la suerte de hablar para vosotros (en representación de todos) en la ceremonia de su boda (la civil en Burgos, porque vaya compendio de bodas en 15 días tuvimos) e intenté hacer algo ligero y emotivo pero también divertido (mi nivel de inglés y la desvergüenza con lo que lo hablo era divertido, os lo aseguro) ese día no estuve brillante. Incomprensiblemente me pudo la responsabilidad y no pude hacer nada para arreglarlo. No me había pasado nunca y no me ha vuelto a pasar. Perra suerte que fue ese día y no delante de 200 campesinos a los que les da igual so que arre mientras les digas que no tienen que pagar nada y van a recibir mucho a cambio. La gente dice que quedó bien (ver emocionado a un mastodonte de ciento y pico kilos supongo que impacta) pero tenía que haber quedado mejor. Así que hoy intentaremos, entre todos, ser brillantes.
Segundo, porque todos, o casi todos, sabéis cual es uno de los principales motivos que me animaron a venir hasta aquí. No hablo de la crisis, del hecho de tener que volver a casa de mis padres con treinta y tantos (que ha sido difícil, aunque no solo para mi), ni siquiera del curro poco agradecido que había encontrado, ni de que se me fuese a acabar el paro. Esas cosas (y otras que me quedaré para mi) en ningún caso me atrajeron a África; en el mejor de los  casos lo único que hicieron fue alejarme de España. Si alguien hizo que esto me atrajese, fuisteis vosotros dos.
Porque Chiné es una persona que jamás me ha dedicado una mala mirada, ni un mal gesto, ni un mal guiño. Porque me entiendo con él aunque hablemos idiomas parecidos (ni mi inglés se parece al suyo ni su castellano al mío), y porque desde el primer día que nos conocimos me ha tratado como si fuésemos amigos de toda la vida. He estado con él en muchas. Buenas y no tanto: de safari, en bodas, en playas, en Pamplona, en algún entierro y por ahí de farra. Inolvidable la noche que se pasó en Zaragoza pidiendo dos besos a todas las tías buenas que pasaban (que había unas cuantas), para después decirlas que los besos no eran para él sino para mí. En mi vida he visto más caras de asombro, y en mi vida me han dado más besos. Chiné para mí se ha convertido exactamente en uno más de mis amigos, sólo que viviendo a 6.500 kilómetros de distancia. Lo que le da aún más mérito es que si hiciésemos una encuesta entre el resto todos dirían lo mismo. Ser uno más viviendo tan lejos y sin una relación previa tiene su mérito, mucho mérito. Además, a día de hoy, tengo que reconocer que Chiné es, si nos ceñimos  a la expresión inglesa, “my closet friend”…. Pero por cientos de kilómetros de diferencia.
Porque los dos, como pareja, jamás me habéis perdido ojo. Se han preocupado por mí desde Nairobi como si viviesen en el piso de abajo y pensasen que si no estoy bien voy a poner  la música a toda pastilla o se me va a ir el agua de la bañera. Saben de mí y de mi vida mucho más que mucha gente de aquí al lado. Y no sólo lo saben sino que actúan en consecuencia. En estos años ha habido broncas intercontinentales, enhorabuenas intercontinentales y risas intercontinentales. Más tráfico que Iberia.
Porque Jimena, querida, vaya paciencia has tenido conmigo. No por lo que estás pensando, eso queda en el álbum de las anécdotas vergonzosas con las que me tocará vivir toda la vida por más que haya gente que piense que el Cortizo chulo y peyorativamente “guay” es este y no el de esa época. Paciencia porque me has aguantado las buenas, las reguleras y las malas. Porque tiraste de mi cuando peor estaba en lugares como Madrid; y porque seguiste tirando hacia arriba para que no me ahogase aunque yo pasase de tu ayuda. Pero también, Jimena, porque en 22 años (madre que viejos somos) me has hecho participe de todas tus idas de bola, de tu buen humor (del mal genio también pero de ese no hay que acordarse), de tus ideas, de tus planes y de tu forma de ver la vida. Hay veces que hablando contigo pienso que aún no me he levantado de las escaleras del Palacio de Justicia, y que aún hay tiempo para arreglarme. Eso me anima, y no sabes cuánto.
Y porque al final, siguiendo tu ejemplo has conseguido traerme hasta aquí; y porque aunque ahora mismo no lo veo del todo claro (para que lo voy a negar) al final de este viaje estoy seguro de que el tiempo te volverá a dar la razón (una vez más, que tío el tiempo siempre de tu lado) y te volveré a tener que estar eternamente agradecido por atraerme a esta experiencia.
Así que, como pronto pago por todo lo que os deberé y como agradecimiento por todo lo ya os debo sirva este pequeño peaje para pagaros un poco.
Yo ya he terminado. Ahora le toca al resto. No seáis nenazas y escribir ni que sea una frase, seguro que les va a molar.






Ah!!!!! Antes de que se me olvide y como aviso a navegantes. Estoy dispuesto a poner en esta carretera tantos peajes como sean necesarios. Sólo os pido un favor: tratad de hacer que nos dediquemos los unos a los otros cosas especiales por noticias del estilo me caso, voy a tener un chaval, he dejado de ser solter@ o me ha tocado la primitiva. Que cuatro locos se líen a tiros donde vivís y hacéis vida ya ni sirve como excusa, ni impresiona ni nada por el estilo.
Así que ya sabéis, si queremos reírnos los unos de los otros con nuestras moñadas y ver a Cortinena en su máxima expresión: amaros mucho, quereros con tod@s las que se dejen (y no lleven jerseys verdes) o enganchad un buen Euromillones, pero angustias ni una más!!!!!! Y tened en cuenta que de todo lo anterior lo verdaderamente importante es lo del jersey, los motivos me dan un poco igual.

lunes, 16 de septiembre de 2013

LA QUINTA: TRABAJAR EN UNA MACRO EMPRESA



TRABAJAR EN UNA SUPEREMPRESA

Bueno, tercera semana en África, segunda en Mbandaka, y aún no he firmado la carta de renuncia. Quizá sea porque si me piro tengo que devolver a Naciones Unidas un montón de pasta. O quizá porque mi casero Mbandakés (o como se diga), se ha quedado con dos meses de alquiler de fianza; que para eso sí que funcionan como europeos los hijoputas, ahora diles que te arreglen una lámpara y verás cómo se descojonan. O quizá porque me estoy acostumbrado a esta vida y a este ritmo (cuando  el ritmo de entradas  en el blog disminuya  a una o ninguna al mes significará que por fin he cogido “marchetta” africana). El caso es que aquí sigo, escribiendo el blog.
Es domingo, son las tres y media de la tarde y no se ve un carajo. ¿Motivo? Está cayendo una tormenta de tres pares y se ha quedado todo más oscuro que las bodegas antiguas. Mañana seguro que me dicen que de tormenta gorda nada, que cuatro gotas mal caídas y que me dejo impresionar con poca cosa. Y es que estos africanos lo que viene siendo atributos tienen. A lo mejor el peso es lo que les obliga a hacer todo tan lento.
El caso es que, morfología africana aparte (habrá tiempo, muchachas, lo habrá), hoy os quiero hablar de cómo me estoy acoplando (o no) a la forma de trabajo de una organización de puturrumil trabajadores (mi amigo Víctor, que en anteriores curvas se autoproclamó hombre Wikipedia, colgará el dato exacto por aquí en pocos días). No os voy a hablar de cosas raras ni eslóganes de marca comercial. Nada de frases como “el orgullo de pertenecer a una organización bla bla bla…”. ¡Noooooppp! Yo hablaré de lo que hace la burocracia a los cuerpos litrone como el mío.
Para poneros en antecedentes creo que todos sabréis que mi experiencia en grandes empresas es cero, habiendo trabajado siempre en organizaciones familiares (o casi), donde, salvo honrosos y poco efectivos intentos, la organización era un poco a salto de mata. Siempre he trabajado en lugares donde la forma de aprobación o  no de los trabajos realizados o por realizar era mediante el pulgar pa´rriba o las manos a la cabeza. Llegué a trabajar en un lugar donde se intentaba documentar todo, pero pasado un tiempo daba la impresión (sólo daba la impresión, no penséis mal) que estaban más preocupados de esconder documentos que de crearlos. Curioso sitio, agua pasada de todas formas.
Con esta experiencia en grandes organizaciones me planto en Entebbe (Uganda), en una base logística que tardas en recorrer andando casi veinte minutos, y te preparan para un proceso de check-in que te dicen va a durar 3 días. ¿Tres? ¿Enteros? ¿Y qué me van a ckeckinear en todo ese tiempo? ¿Y cuantas veces?
Lo primero es rellenar una serie de datos personales, como pueden ser el nombre y los apellidos. ¿Fácil? ¡Pues no tanto! Porque si quieres que tu nombre aparezca como ha aparecido esos 36 años que te alumbran sin cercenarte el apellido debes indicar en el apartado apellidos (Surname, last name, o como se diga) tus dos apellidos juntos, separados por un guión. Gracias al aviso de una amiga yo por aquí me llamo como siempre. Bueno casi, cuando me presento añado a “Diego” la expresión “just like Maradona” para que no me llamen nada raro. Si no me hubiesen avisado ahora sería Diego García. Mi padre debe guardar un hueco en sus oraciones para mi amiga, y darle las gracias, al menos  hasta que se entere que es por ella en gran parte por la que yo ando por aquí.
Segundo problema: color de ojos... ¿Y que pongo aquí? Porque el cuerpo me pide decir que depende, que normalmente marrones pero los sábados por la mañana y algún domingo (vale, y algún viernes) son rojos. Como solo puedes decir un color te llega la inspiración oportunamente (Brown, marrón en inglés es Brown) y solo escribes eso. Sigamos el proceso ¿Altura? Sin problemas. ¿Hijos? Esta también me la sé. ¿Dependientes? Yo siempre preferí los de cierre Omega pero la pinza me va bien, aunque no uso. Nivel de estudios… Todo va más que rodado (más allá de las dudas de si degree lleva dos e o una sola) hasta que llega la pregunta: ¿Grupo sanguíneo? Se acabó la suerte. ¿Quién coño se sabe su grupo sanguíneo? (Si os lo sabéis todos, por favor no decir nada) Visita al médico, análisis de sangre y resultado: B- (no es que mi grupo tenga mucha importancia pero por lo menos lo dejo apuntado en algún sitio bien grande para acordarme para otra vez).
Con todos esos datos te hacen la ID (el carnet del club, para entendernos) y te mandan a una sala llena de ordenadores donde tienes que meter los documentos que acreditas todo lo que has puesto anteriormente. En este punto tuve suerte gracias a que, con mi complejo de Paco Martinez Soria perfectamente asumido, me había traído dentro de la maleta, con las gallinas, casi todos los documentos escaneados. Si no es por eso aún estoy en Uganda. Ahora que lo pienso, en Uganda había luz, agua y teléfono decente… Hasta wifi!!! Definitivamente no doy una a derechas (o a izquierdas, que no se me enfade nadie)
Con estos documentos revisados y aprobados el DSS está listo. ¿Para qué sirve esto? Entre otras cosas para que te envíen el MOP aprobado. ¿Y esto para qué es? Para que puedas viajar. ¿Qué pasa si, como yo, me equivoco al poner mi dirección de e-mail por culpa de los teclados anglosajones? Que tienes que hablar con los de CITS (algo así como los informáticos) para solucionarlo. ¿Dónde están? En la otra punta… 15 minutos andando para que te respondan… No!!! Aquí sólo tenemos los servidores, los que te lo pueden arreglar están el barracón B-14… ¿B-14? ¿La sala grande de ordenadores no era la B-13? ¡Mierda! 40 minutos perdidos.
El ejemplo anterior (triste y cierto, por otra parte) es sólo la imagen del problema que estoy teniendo y os quiero explicar. Los acrónimos. Aquí son casi infinitos, están en inglés y la gente los maneja con una soltura que hace que te pierdas todavía más. Un ejemplo. Yo mismo, soy un CE trabajando para el departamento de ES, en la sección de FCM, de MONUSCO. En cristiano, soy un Ingeniero Civil (CE) trabajando en el departamento de Ingeniería (ES, Engineering Services) en la sección de gestión centros de trabajo (FCM, Facilities Camp Management) de la MONUSCO (esto último no lo traduzco que es muy largo).
Y así con todo. Cada papel, cada empleado, cada cargo y cada procedimiento (y hay decenas de procedimientos) tienen su acrónimo inglés, y la gente los usa. Y yo como las vacas mirando al tren. Lo bueno es que todo el mundo se entiende, y se ahorra tiempo, así que supongo que es solo cuestión de tiempo adaptarse. Lo malo es que se me pegue, como se me pegaron todos los acentos de los lugares donde he vivido, y llegando a Burgos entre en un bar y pida un STC en vez de un Santa Teresa Cola. Ya veréis, voy a acabar pidiendo agua, que es lo único por aquí que no tiene acrónimo, aunque sí lo tengan todos sus procesos de obtención, purificación, gestión, embotellado, distribución, depuración y vertido… ¿Qué no? ¿Os apostáis una CQTC (Cena que te cagas)?
Otra de las cosas que me ha dejado bastante perplejo del nivel de control que hay por aquí es la cantidad de manos por la que tiene que pasar cualquier pedido o trámite. Lo preparo yo (firma), lo revisa mi jefe (firma) y lo aprueba el sheriff de Mbandaka (firma). De aquí a Kinshasa donde sigue el mismo proceso. El control es enorme porque la entrega tiene, a su vez, un proceso parecido. Y si falta una firma, no hay quien te tramite el pedido, ni que sea de dos bolis byc (cristal, que escribe normal).
Voy terminando, que me enrollo. Los dos días que me faltaba por contaros de Entebbe (no me he olvidado, es que me lío) son la demostración de lo anglosajona (Norteamericana quizá es mejor) que es esta organización. Se dedicaron dos días a darnos charlas sobre temas muy diversos, pero explicando muy claramente todos los actos y las consecuencias (como lo de escribir en las tazas del Starbucks “el café quema, tenga cuidado y no sea tolondro”) en las que nos podíamos ver envueltos. Y hay cosas que está bien saberlas y aclararlas, porque pueden crear alguna confusión, pero no creo que sea necesario que me expliquen que si conduzco un coche de Naciones Unidas borracho y como consecuencia de ello mato a alguien me van a echar y me van a poner una lista negra para no entrar más; ni que si me pillan sodomizando (pongo la palabra suave) niñas o niños me van a quitar los privilegios para que sepa cómo se las gastan los tribunales de estos países. Lo peor es que si avisan (y nos hacen hacer cursos online sobre estas mismas cosas) es porque ya habrá habido quién lo ha hecho y encima habrán tenido que ayudarlo. En fin. Estoy a salvo. Desde que estoy aquí me he bebido dos cervezas (una era una especie de Shandy, sí que cuenta como media) y lo de los niños… Con eso no voy a hacer ni bromas.
Con todas estas cosas creo que al final van a conseguir hacerme un tío organizado y con un poco de suerte consigo el título de “hombre de provecho” antes de los 50…. En lo mejor de la vida!!!.
Antes de poner el CIAO de siempre deciros que me han encantado y emocionado (porque que me haga de provecho no significa que deje de ser una nenaza) todos y cada uno de los comentarios que me habéis dejado en el Facebook, en este blog, por mail o por teléfono. Os mandaría un millón de besos a cada uno, pero aún no sé cuál es el papel ni el procedimiento para que los de MOVCOM (el NACEX o el SEUR de esta empresa) os los hagan llegar desde Mbandaka hasta vuestras casas. Os responderé a todos, lo prometo, no por nada, solo porque me apetece. Bueno, a todos no. A los que me estáis mandando mensajes al wassap que sepáis que no puedo responderos porque….. NO TENGO WASSAP!!! Pero no os preocupéis, porque cuando pille una red wifi (en unas 6 semanas espero) los voy a recibir todos juntos y me va a hacer más ilusión.
Lo dicho, otro rato más, que me está entrando el virus TIA (This Is Africa) y me voy a echar una siesta.
CIAO.